Up
Tanger / Tangier / Tangeri / Tanja

PALABRA DE TANGERINO
"BAKAL"

por Maurice Bendelac (PICHO)


Pocas palabras alcanzan tal nivel de "tangerinidad" como ésta, por lo que me parece lógico concederle el honor de encabezar esta sección.
Para nosotros el Bakal o el Bakalito, que tanto designaba el lugar, o sea la tienda, ¡y qué tienda! como al que lo regentaba, su "Ma'âlem", formaba parte de la geografía urbana de Tánger, cualquiera que fuera el barrio donde se encontrara. Hasta había Bakalitos extra-muros donde se podía adquirir en cualquier momento un Judor o un Casa-Sport.

La palabra es de origen árabe pues al-bakal significa "tendero", y ¡menudo tendero! La palabra castellana "colmado", que por cierto tampoco se usa en todas partes en la península, indica bien lo abarrotado que podía resultar un Bakalito.

¿Quién no tuvo que bajar/ir/llegarse al Bakalito, casi a cualquier hora del día o de la noche a comprar/mercar/traerse un litro de aceite/un pan/un paquete de Marquise/medio kilo de manteca (que de hecho era mantequilla, de vaca, pero nosostros le decíamos "manteca" como si fuera de "jaluf").

En el Bakalito, reinaba un desorden perfectamente calculado y equilibrado entre sacos de harina, caramelos "Blue Bird", cuadernos de escuela, latas de sardina, aceite a granel, "salfumán" y algo de mugre, que todo hay que decirlo.

De entre los muchos recuerdos que atesoro en mi memoria de este singular lugar y de su peculiar "manager", entresaco dos de ellos: aún estoy viendo en acción al Bakalito plasmar una serie de números asimétricos con un (trozo de ) lápiz en un (trozo de ) papel.
De hecho, aparte del papel de periódico, el bakalito gastaba dos tipos de papel de embalar, uno gris y grueso casi acartonado y otro, más fino, blanco. Ambos podían servir de bono o factura y ambos transparentaban cuando la promiscuidad ambiente los había acercado justamente a la manteca.

Enonces el lápiz del Ma'alem resbalaba sobre el papel y la confección de la cuenta resultaba algo más dificultosa. Caso de que no se abonara la susodicha cuenta en el acto, el papelito aquel quedaba "archivado" o bien bajo la estera donde el dueño se echaba la siesta, con la puerta del negocio abierta por supuesto, o bien sobre la pompa de aceite, que podía eventualmente servir de escritorio.

En cuanto a la otra actividad sui-generis del bakalito, nada "comercial" por cierto y poco digna de un jefe de ventas y que a buen seguro le restaría puntos ante una comisión de higiene, consisitía en sobarse los dedos de los pies con la finalidad de obtener unas pelotitas negras … Hasta hay quien dice que la actividad dio más tarde lugar a una expresión "hacer bakalitos" … pero díganme, con la mano en el corazón esta vez, ¿se formalizaba alguien en aquel entonces por tan poca cosa?


Reproduccion prohibida sin permiso del administrador